La historia del Flat Coated Retriever comienza en Inglaterra, su país de origen, hacia la mitad del siglo XIX, con la decadencia del más antiguo Curly Coated. Utilizando el Terranova y el Setter irlandés, un grupo de apasionados fijó las características de este perro, que tuvo una buena difusión durante la segunda mitad del siglo pasado. Más adelante es sustituido poco a poco por otros perros de cobro como el Labrador y el Golden Retriever y lo mantuvieron en vida unos pocos criadores entusiastas. En la segunda posguerra, sin embargo, la raza registró un notable auge no sólo en Inglaterra, sino también en Norteamérica, donde aún se le aprecia.